La aldea

 

La aldea de Navalsaz se sitúa a 985 metros sobre el nivel del mar, dentro de la Comunidad Autónoma de La Rioja, en los montes del alto Cidacos (afluente del Ebro), donde nace el arroyo Bacirbe. Para llegar a Navalsaz, desde Enciso, se recorren siete kilómetros por la ruta de los dinosaurios, o catorce desde Cornago.


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Sus orígenes se esconden en la época medieval. Es probable que Navalsaz surgiera por iniciativa de pocas familias de pastores relacionados con el señorío de Yanguas, que se establecerían junto a las fuentes de las “Ventizuelas”, donde abundaban los sauces y los pastos. La antigüedad de las casas que dan al barranco, así como la madera de sauce utilizada en algunas construcciones, junto con la repetición de unos pocos apellidos en los descendientes, nos dan pie para plantear estos orígenes.

Hay datación de matrimonios celebrados a finales del siglo XV, contando en el XVI con 80 vecinos y 400 almas. En aquella época la aldea perteneció a Enciso como pedanía; a partir de 1842 fue pedanía del ayuntamiento de Poyales, junto con Garranzo y el Villar de Poyales, hasta que en 1976 todo el término de Poyales, con sus aldeas, fue incorporado a Enciso.

Mucho han tenido que trabajar, quienes abandonaron el lugar en los años 60-70 en busca de mejores oportunidades, para recuperar las aldeas del valle de Poyales tal como las vemos hoy día.


La aldea de Navalsaz en la actualidad

Aunque Navalsaz es de origen medieval, en los alrededores se han encontrado restos de antiguos núcleos habitados. Es el caso de “El Castillo”, “El Castillejo” y “Lasanta”, de los que se amplía la información en Arqueología, dentro del apartado Documentos, en el menú de esta Web. Son núcleos celtíberos, probablemente de los “pelendones”,que también utilizaron los romanos, ya que hay datación de dos monedas romanas halladas en Lasanta y El Castillejo, respectivamente.


Moneda del s. III d.C. “El Castillejo”-Navalsaz

No es de extrañar el interés por ocupar estas tierras ya que los núcleos citados se sitúan a caballo de dos cuencas fluviales: Cidacos y Alhama. El hallazgo de 2 monedas romanas atestigua que había comunicación entre los dos valles, desde épocas celtíberas. Los dos grandes núcleos celtíberos, de proximidad, serían Contrebia Leukade (yacimiento de Inestrillas, en el Alhama) y Los Hombriazos (yacimiento de El Villar del Río, en el Cidacos).

En los primeros asentamientos humanos en esta zona, la fauna y vegetación, eran muy diferentes a las actuales, como consecuencia de las variaciones climáticas y de la acción del hombre en el entorno.

Entre el 800 y el 400 a. de C., la vegetación era de bosque húmedo y templado, entre el 400 y el 60 a de C., bosque seco y fresco, degenerando a partir de mediados del siglo I a. de C. a un clima frío y seco, continental extremado, hasta el 500 d. de C.

Por la existencia de grandes bosques y praderas se deduce que su economía sería de tipo mixto, agrícola y ganadera, alternando con la caza.

La vida agrícola de aquella gente, lo atestigua el hallazgo de abundantes molinos barquiformes, sobre todo en “El Castillo”.


Cerro de "El Castillo"

Los romanos seguirían utilizando los caminos celtíberos en su expansión por la Península. Había dos grandes rutas que conducían a Numancia, una desde Calagurris Iulia Nassica (Calahorra) y otra desde Graccurris (Alfaro). Los caminos intervalles también serían utilizados, junto con los pequeños castros (es el caso de “Lasanta”), a modo de atalayas militares romanas.

Hace más de 60 millones de años ya estaban los dinosaurios por estas tierras, que nos han dejado las huellas conocidas como “icnitas”. Hace unos 2500 años los pelendones ya trabajaron estas tierras con los instrumentos del neolítico, que no difieren mucho de los que se utilizaron en Navalsaz hasta hace unos 30 años en que se despobló.

Hoy día podemos afirmar que por Navalsaz ha pasado la revolución industrial. Contamos con carretera, luz, agua, red de alcantarillado, depuradora y servicio de recogida de basuras (este último servicio deficiente en verano). Hay unas 50 casas recuperadas, de modo tan confortable, que nunca lo habrían soñado nuestros abuelos.

No ha sido fácil (Archivo de prensa), pero ha merecido la pena volver a estar arraigados en nuestra tierra.


¡Os esperamos en Navalsaz!

 

Rafael Tomás - Ismael Martínez ©2006

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